La función comienza en un semáforo
Por: Susana Orneta Estrada
La vida de noche no solo son burdel,
discotecas, sexo y drogas, también hay talentos y harta chamba, por que cuando
de noche para algunos termina el día para otros apenas comienza.
Walter trabaja por su familia y
sobre todo para su abuelo su imagen paterna y víctima de cáncer crónica, Mario
el ultimo de 4 hermano deja Chimbote por un gran sueño y Benji trata de abrirse un paso en la vida estudio y
aduras penas se apoya con las monedas que, todos ellos son artistas de semáforos,
artistas callejeros.
Walter tiene el talento de elaborar pintorescos trajes e innovadores, tan buenos que han sido
requeridos en Argentina, es un personaje
que tal vez no ha compartido las
sonrisa de los maniquíes que monta en su espaldas peor a el solo se le
encuentra de noche y porque de día se dedica a la confesión y no peca de egoísta y comparte sus trajes
con sus colegas quienes también necesitan recursiarse.
“Tengo
un abuelito que está enfermo y esta con cáncer y ya pe
… solo la voluntad de Dios y siempre tengo que está visitando” entonces le pregunte si es ¿que pudiera pedir un deseo
que pediría? Y es ahí cuando sus ojos enrojecieron y una lagrima en forma de hilo se desvanecía por sus mejías y me respondió con la voz quebrada: “yo solo pediría que Diosito le
de 2 o 3 años de vida a mi abuelito es lo único porque… es lo que yo quiero”
y es ahí donde se derrumbo.
El sueños de Mario es convertirse en un malabarista
profesional, Mario un joven de18 años de edad que llego desde Chimbote con una
mano delante y otra de tras “yo trabajo así
en la calle desde que era un niño , lustrando botas limpiaba luna” con un
pasado difícil tan difícil como
resultaría para todos nosotros tomar sus antorchas y empaparlas en gasolina y hacer
arder las pistas, pero su madre no apoyaba esta actividad por lo que me cuenta :”mi mamá pe… no quería que me venga pero
yo le tuve que hablar pe… desarrollarme
pe así pe para salir adelante, además
los malabares son como una parte de mi vida y pienso en crecer en esto
en lo que me gusta .
La historia de Benji podría
hacer la de cualquier joven y realiza un
personaje muy peculiar acompañado de un
cuy como acompañante: yo trabajo como mujer como la chola y el cuy
como mi pareja” regala su arte y sus destrezas en las que su tiempo se mide
por los colores y la luz de un semáforo;
pero así es la vida hay que seguirla.
Detrás de sus risas y sus ánimos por
seguir luchando de tras de esas lagrimas y la timidez de sus voces cada uno de
ellos guarda una historia, una historia que dura más que los 40 segundos que tarda en cambia sus luces del semáforo y que se torna roja verde y ámbar
sin perder la esencia ni ese espíritu de lucha.
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