miércoles, 6 de junio de 2012


 La función comienza en un semáforo

Por: Susana Orneta Estrada

La vida de noche no solo son burdel, discotecas, sexo y drogas, también hay talentos y harta chamba, por que cuando de noche para algunos termina el día para otros apenas comienza.

Walter trabaja por su familia y sobre todo para su abuelo su imagen paterna y víctima de cáncer crónica, Mario el ultimo de 4 hermano deja Chimbote por un gran sueño y Benji  trata de abrirse un paso en la vida estudio y aduras penas se apoya con las monedas que, todos ellos son artistas de semáforos, artistas callejeros.

Walter tiene el talento de elaborar  pintorescos trajes  e innovadores, tan buenos que han sido requeridos en Argentina, es un personaje  que tal vez no ha compartido  las sonrisa de los maniquíes que monta en su espaldas peor a el solo se le encuentra de noche  y  porque de día se dedica a la confesión  y no peca de egoísta y comparte sus trajes con sus colegas quienes también necesitan recursiarse.

Tengo un abuelito que está enfermo y esta con cáncer  y  ya pe … solo la voluntad de Dios y siempre tengo que está visitando” entonces  le pregunte si es ¿que pudiera pedir un deseo que pediría? Y es ahí cuando sus ojos enrojecieron y una lagrima  en forma de hilo  se desvanecía por sus mejías  y me respondió   con la voz quebrada: “yo solo pediría  que Diosito le de 2 o 3 años de vida a mi abuelito es lo único porque… es lo que yo quiero” y es ahí donde se derrumbo.

 El sueños de Mario es convertirse en un malabarista profesional, Mario un joven de18 años de edad que llego desde Chimbote con una mano delante y otra de tras “yo trabajo así en la calle desde que era un niño , lustrando botas limpiaba luna” con un pasado difícil  tan difícil como resultaría para todos nosotros tomar sus antorchas y empaparlas en gasolina y hacer arder las pistas, pero  su madre no  apoyaba esta actividad por lo que me cuenta :”mi mamá pe… no quería que me venga pero yo  le tuve que hablar pe… desarrollarme pe así pe para salir adelante, además  los malabares son como una parte de mi vida y pienso en crecer en esto en lo que me gusta .

La historia de Benji podría hacer  la de cualquier joven y realiza un personaje muy peculiar acompañado de  un cuy como acompañante: yo  trabajo como mujer como la chola y el cuy como mi pareja” regala su arte y sus destrezas en las que su tiempo se mide por los colores  y la luz de un semáforo; pero así es  la vida hay que seguirla.

Detrás de sus risas y sus ánimos por seguir luchando de tras de esas lagrimas y la timidez de sus voces cada uno de ellos guarda una historia, una historia que dura más que los 40  segundos que tarda en cambia sus luces  del semáforo y que se torna roja verde y ámbar sin perder la esencia ni ese espíritu de lucha.


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