Por: Susana Orneta Estrada
En la sociedad en la que nos encontramos hoy en día, muy compleja y multirracial muestra un contraste vario pinto debido a los problemas sociales que posee, en la que lamentablemente la pobreza es uno de ellos y ha prevalecido durante décadas, este suceso en la historia ha hecho que El individuo escondido dentro de la maraña de lo cotidiano, de la pobreza y las esperanzas, de las miserias humanas y sociales crea sus propios trabajos con su capacidad e ingenio.
Es conocido que en el interior del país existe un gran porcentaje de personas desempleadas, debido a que los procesos de producción son más tecnificados y esto hace que la mano de obra disminuya en gran cantidad, otro aspecto es la falta de oportunidades económicas de los jóvenes a obtener estudios técnicos o universitarios.
Pero el peruano trabajador ha creado su propia gama de ingeniosos trabajos, podemos apreciar desde vendedores y ambulantes, cómicos en las calles, lustrabotas, dateros, un sinfín de “chambas” que se realizan sin haber realizado un estudio superior, claro que esto no quita merito a estos otros, como bien se sabe el trabajo es la actividad física y mental, así que física y mental es un trabajo doble, porque ser creativo al inventar una forma de trabajo y realizarlo es una gran hazaña.
Pero, la realidad es otra de estas personas que al crear más trabajos, pero sin derechos. Ha aumentado la precarización del trabajo. Son empleos sin derechos y contra las personas, contra los seres humanos. Estamos en el peor de los momentos. A pesar del crecimiento económico que se está viendo en nuestro país pero también se observa un contraste grande entre estas dos partes, trabajadores informales y trabajadores formales, leyes que avalan y otras que no.
Creo, que los trabajadores peruanos son esencialmente responsables en sus labores, a pesar de que puedan pertenecer a una empresa privada o del Estado e incluso independientes como trabajador de las calles, merecen derechos, pero lamentablemente con los nulos beneficios sociales, es muy difícil seguir adelante. Sin duda, la falta de voluntad política del gobierno para otorgar los beneficios que merecen los trabajadores.
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