Reciclando la noche
Por: Susana Orneta
Estrada
Hace casi una
década Jorge Cunya con 56 años fue
atrapado ese mundo de drogas y
delincuencia, su rostros cansado y frangido por el tiempo decide abrirse y contarme su cruel pasado: estuve
más de 10 años en el consume de drogas y 25 años en el barrios altos hasta llegar a robar…” mientras caminábamos por el jirón de la unión
vi que se detuvo en el cruce del Jr. Puno y sé que do observando el pavimento frio
donde ya sea un hombre durmiendo profundamente tal vez por el cansancio o solo por el efecto del alcohol, y solo dijo: yo dormía acá… por muchos años.
Sus manos que
antes sostenían quetes de mariguana
ahora cargan las cajas, bolsas y
botellas que los comerciantes de jirón de la unión les entregan para que sean recicladas , pero la edad de Jorge
ya no está para cargar kilo y kilos de cartones, pero sin embargo,
el no se limita y con una sonrisa me da una respuesta de superación; pero
Jorge no trabaja solo , Trinidad Huaman, una anciana de 71 años que es su
actual pareja es quien lo ayuda a organizar estos pesados objetos que le
entregan en grandes cantidades.
No recuerda cuando
fue que quedo huérfana solo sabe que era
muy pequeña y desde entonces solo a conocido tragedia tras tragedia:
tres de mis hijos fallecieron el
primero falleció a los 30 años
el segundo falleció a los 22 años
muy joven y mi último a los 8
meses de nació ….
Ella lleva más de una
década recogiendo esos objetos que ya
nadie lo usa, quizá con esos ojos vio a
Jorge a quien prácticamente recicló para darle una nueva vida. Ver dos personas que se aman contra la
adversidad están hermosa, pero
estos dos ancianos a pesar de la carencia su amor esta perenne y se
aprecia en cada preocupación que se dan ambos, a pesar de de la cran diferencia de edades. El amor que
brota en lugares in pensables del fondo del
reciclaje nace una rosa que es el amor.
Estos ancianos deben
reunir una cantidad importante de objeto
reciclables para poder sobre vivir y criar a la pequeña Sahomi, nieta de trinidad cuya madre purga prisión por vender droga,
cuando pregunte por su hija, me dijo: se
llama Luisa Yolanda es mi hija pe, uno comete errores pero es mi
hija ps , es mi hija la ultima y mi nieta es todo para mi…” sus ojos
adormitados se humedecen
y Jorge la abraza y ella recibe
ese abrazo con un beso, tal vez el beso más profundo y sincero que he podido ver en mi vida.
Pues, el trabajo y el
amor de
Jorge y Trinidad se conjuga con
firmeza y mucha voluntad, a pesar de las dificultades que ambos han tenido que pasar; así que si camina por
el jirón de la unión y de casualidad se topa
con esta pareja de ancianos en vez de una mirada esquiva regalé una
sonrisa pues ellos son un gran ejemplo de lucha y tesón que realmente provoca
una rendirá admiración.
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