Por: Susana Orneta Estrada
Humor blanco, humor rojo, sin embargo, igual nos divertimos con ellos; los cómicos ambulantes tuvieron su tiempo de fama en la tv, después fueron sacados y criticados, pero a pesar de su gran estrellato siguen siendo aun una gran atracción para la vista de todos los transeúntes, ese humor pintoresco que los caracteriza y con un léxico coloquial que a veces muy subido de tono aun así arranca sonrisa y carcajadas del público espectador.
Esta vez me encuentro en Chabuca Granda lugar turístico y de comercio donde fácilmente se puede montar un espectáculo teatral de los cómicos ambulantes; ya es la hora la gente se van acomodando en los duros y fríos asientos de cemento para recibir con aplausos un pintoresco personaje de tacos y polleras que entra al escenario zapateando y con chicote en mano comienza a castigar a sus compañeros, el espectáculo comenzó y nos endulzan con unas cuantas carcajadas, pero algo sucede, es hora de “pagar la entrada” los mismos personajes que unos minutos antes zapateaban al compas de un huayno , ahora con bolsa en mano piden nuestra colaboración algunos después de haber disfrutado del espectáculo deciden retirarse cosa que enfurece mucho a los artistas ya lamentablemente es algo que tienen que lidiar todo los días pero no se pueden quejar la mayoría colaboro.
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